No hace mucho tiempo, en Audi, un nuevo modelo significaba un ligero restyling, pero estas malas costumbres están empezando a cambiar en Ingolstadt. ¡Aquí tienes la prueba con el test del nuevo Audi A1!
Hasta hace unos meses, cuando la gente pensaba en el Audi A1, pensaba en un coche más bien femenino, bonito y polivalente. Esta nueva cosecha parece hoy cambiarlo todo. Aunque 2 de cada 3 clientes son, de hecho, mujeres, el fabricante ha querido reforzar un poco más su diseño. Con reminiscencias del concept Sport Quattro de 2013, dice adiós a las líneas redondeadas por unos bordes más afilados y pronunciados. Con una firma luminosa muy elaborada, un imponente pilar C y tres branquias que podrían haberse visto en algunos de los modelos que forjaron la leyenda de la marca, tiene muchos argumentos para seducir. Por no hablar de una gama de llantas y personalizaciones para satisfacer los gustos del mayor número posible de personas, independientemente de su sexo o edad.
La mayoría de los modelos que verás en esta página estaban equipados adicionalmente con el acabado S-Line, que endurece aún más el pequeño coche urbano con parachoques más deportivos y una toma de aire central más ancha. Fácil de identificar.
Sólo el 30 TFSI de 116 CV estaba disponible para esta primera prueba en el interior de Marsella. A pesar de una lluvia que no nos dejará ir en todo el día, el A1 mostrará una sorprendente facilidad en cualquier situación. Y si, gracias a un chasis cuidadosamente diseñado, las pequeñas y sinuosas carreteras de la zona parecen ser su terreno de juego favorito, el Audi A1 está más bien pensado para recorrer millones de kilómetros en un entorno urbano. Aquí es donde notamos una gran mancha negra, muy difícil de ocultar, procedente de las suspensiones. Es francamente rígido, y lo que parecía una ventaja en carreteras sinuosas a veces resulta incómodo cuando hay que sufrir las embestidas de una carretera en mal estado o que ha visto unos cuantos badenes. Y si todo el mundo fuera unánime en este tema, le invito encarecidamente a que acuda a un concesionario para realizar una prueba de conducción centrada en este preciso aspecto, dejándole a usted ser el juez… Sin embargo, con una dirección precisa y un agarre que nunca falla, se puede apreciar su temperamento expresivo que ya me hace esperar con impaciencia el futuro 40 TFSI con 200 CV.
Este motor de 3 cilindros y 1,0 litros no es muy glotón en combustible con un consumo de unos 6 a 7 litros a los 100 km, mientras que es dinámico y reactivo en todo momento con unas prestaciones muy interesantes, 0 a 100 km/h en 9,4 s, y un relanzamiento muy satisfactorio. Obviamente, tendrás que atreverte a subir de revoluciones para conseguir esos toques de deportividad sin olvidar que no se trata de un deportivo. Afortunadamente, la muy buena caja de cambios automática S Tronic de 7 velocidades te permitirá jugar con sus levas mientras demuestra ser suave y precisa cuando se trata de conducción normal. Aunque no es difícil notar su soberbio silencio, un gran punto positivo que nos hace sentir una agradable suavidad en ciudad, mezclada con una agilidad más que apreciable para jugar con el denso tráfico en el día a día.
Pasemos al precio. Esto es francamente, creo, lo que más debate suscitó en la jornada, entre todos los probadores presentes. Y empecé el primer debate de la mañana cuando descubrí la ficha de producto de nuestra montura del día escondida bajo el asiento: 39 385 euros. Veo en sus ojos atónitos que usted también está bastante sorprendido. El Audi A1 arranca en 23.470 euros con el 30 TFSI BVM6 y en 25.650 euros con el 35 TFSI 150 BVM6, antes de la llegada de un motor más pequeño de 95 CV (25 TFSI). El acabado S-Line incrementa la factura en 4.100 euros, sin olvidar algunas opciones como el S Tronic a 1.900 euros, la navegación a 2.175 euros o el muy buen sistema de audio Bang & Olufsen a 840 euros, que nos llevarán a un precio muy elevado para un coche de estas características.
Con semejantes precios uno podría esperar que le dieran una bofetada al subir a bordo, pero no fue el caso. La calidad está ahí, bien ahí, la tecnología también, así como un perfecto manejo del conjunto, un agradable cockpit digital, una gran pantalla reactiva y unos asientos con una sujeción irreprochable pero se echa de menos ese toque de magia que se puede tener mirando nuestras configuraciones de colores alineadas en el parking. Ahora he comprendido que, a pesar de cierta decepción por mi parte, una cabina clásica pero acogedora y bien acabada sigue teniendo un pequeño efecto en muchos compradores potenciales y que no es necesario hacer demasiado. Y luego, mirándolo más de cerca, apreciamos los embellecedores con efecto aluminio o los pocos LED de colores que iluminan el salpicadero y la puerta trasera (totalmente de plástico, por cierto…). Mientras admiraba el estilo y la comodidad del volante…
En términos de espacio interior, el aumento de 5 cm en la altura (hasta 4,03 m) y, lo que es más importante, el incremento de 9 cm en la distancia entre ejes proporcionan a los pasajeros más espacio para las piernas, lo que permite que dos adultos se sienten con bastante comodidad. Un generoso maletero de 335 litros, muy superior al de su predecesor (270 litros), también será un gran argumento de venta.
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