Prueba de conducción: Abarth 124

Córcega… ¿Qué mejor lugar para descubrir un descapotable ligero y deportivo? Serpenteando entre mar y montaña, las carreteras de la isla de la belleza tienen fama de figurar entre las más bellas de Europa. Pues bien, por esas carreteras me envió Abarth a probar su nuevo retoño, el Abarth 124 Spider. Un coupé pequeño, ligero y potente para vivir la propia pasión, ¿es éste tan deportivo como sugiere su estilo exterior?

 

En primer lugar, ¿qué es el Abarth 124? Se trata de un modelo creado por Fiat en los años 60 como berlina, del que deriva uno de los coches más producidos de todos los tiempos: el Lada 1200-1300-1500-1600-Nova y Riva (no el barco). Abarth lo introdujo en competición como coupé-cabriolet con capota rígida en 1973: había nacido el Fiat 124 Abarth Rally. Fue este coche, que ganó rallyes durante 10 años, el que inspiró a Abarth para crear el 124 Spider. Como pequeña anécdota futbolística, el 124 Spider estaba disponible entonces en tres colores, uno para cada equipo del Calcio: azul para el Inter de Milán, rojo para el AC Milan y blanco para la Juventus de Turín. Hoy, estos colores se repiten y se completan con un gris y un negro.

 

A algunos no os parece suficientemente bonito. Tengo que admitir que no me gusta la parte delantera. No me gustan esos 2 grandes y desproporcionados faros. Prefiero los de su primo japonés, el Mazda MX5 ND. En la parte trasera, la línea es mucho más suave y bonita. Tuvimos derecho a probar 2 versiones: una roja y otra blanca, una con caja de cambios mecánica y otra con caja de cambios automática. Sólo por la estética, me gustó mucho la librea blanca, que contrasta bien con el negro mate del capó y la tapa del maletero (opción libre marcada por defecto). Los detalles en rojo del faldón delantero y los retrovisores realzan aún más el aspecto bestial de este roadster.

 

En el interior, debo admitir que habiendo probado el ND, no hay mucha diferencia. Se nota que el coche se produce en la misma fábrica de Hiroshima. Las únicas diferencias con su primo son los añadidos de alcántara en la tapa del bolsillo central, la palanca de cambios, el freno de mano, el salpicadero y la tapa del velocímetro. El volante también es diferente, con el logotipo del Escorpión en el centro. Los botones, sin embargo, son los del pequeño coche japonés. Abarth también ha añadido una tapicería de cuero muy bonita, totalmente negra o negra y roja. Los asientos tienen una buena sujeción lateral y permiten una posición de conducción acorde con un roadster deportivo. Sentarse lo más cerca posible del suelo y en línea con el cuerpo. Si añades la opción multimedia de 2.000 euros, tendrás derecho a altavoces en los reposacabezas, para que puedas disfrutar de tu música incluso con la capota bajada. Pero tengo que admitir que se le saca más partido al coche escuchando el escape Monza.

 

Vamos, es hora de encender el motor y disfrutar del sonido del sistema de escape añadido por los tuneadores de Turín. Hay que decir que el sonido que se oye no es el del motor, sino el del tubo de escape. Se acabaron los días en que los motores hacían ruido, hoy es el tubo de escape lo que se oye. Ya lo había notado cuando tuve la oportunidad de conducir el 595 Competizione, que tiene el mismo sistema de escape. Pero tengo que admitir que a medida que pasaban los kilómetros, sentía un verdadero placer al conducir con este sonido en mis oídos, incluso tenía la impresión de conducir un coche deportivo de los años 70-80. Un auténtico placer auditivo.

 

Durante la prueba de conducción, tuve la oportunidad de conducir por carreteras de montaña el primer día y por carreteras costeras el segundo. Pudimos descubrir la agilidad del coche gracias a su centro de gravedad muy bajo, a 38,5 cm del suelo. Si a esto añadimos la precisa dirección y el marcado dinamismo (0 a 100 km/h en 6,8 s), tenemos un coche bien nacido. Su bajo peso de poco más de una tonelada y su motor 1.4 MultiAir con 170 CV a 5.500 rpm, que desarrolla 250 Nm de par a 2.500 rpm refuerzan este placer. Y si a esto le añadimos un reparto de pesos 50/50, gracias a la posición longitudinal del motor, obtenemos un coche realmente agradable de conducir.

 

En cuanto a la frenada, la tarea se confía a pinzas Brembo de 4 pistones delante y discos ventilados de 280 mm. Los frenos me parecieron un poco faltos de mordiente, pero hay que decir que el coche fue puesto a prueba por un montón de periodistas y probadores antes de que yo lo tuviera en mis manos, y en mi opinión no fueron fáciles con el pedal central. El coche también tiene dos modos de conducción diferentes, normal y deportivo. Esto último no supone una gran diferencia en la experiencia de conducción, salvo por una respuesta más brusca del acelerador y un cambio de marchas más revolucionado en la versión con caja de cambios automática.

 

Este 124 Spider, con el escorpión, tiene 2 cajas de cambios diferentes. Tuve la oportunidad de probar ambos durante la prueba de conducción. Empecemos por la caja de cambios mecánica, una caja que roza la perfección. Al igual que el MX5, tiene un recorrido corto, una firmeza y un guiado perfectos. Un verdadero placer. Pasemos a la caja de cambios automática, que probablemente sea la más elegida por desgracia. Diseñada por Aisin, esta caja de cambios automática de 6 velocidades carece de capacidad de respuesta cuando se la deja trabajar. Incluso patina al arrancar, así como entre la primera y la segunda marcha, lo que es una verdadera lástima… Estos defectos se borran un poco cuando se cambia al modo secuencial con las levas del volante. Por otro lado, éstas tienen una ventaja innegable sobre la caja de cambios mecánica. Tus manos permanecerán siempre en el volante. Y este pequeño detalle es muy apreciable durante una serie de curvas montañosas como las que me encontré en Córcega. ¿Quieres encontrar tu coche de ocasión en Barcelona al mejor precio? Elige el concesionario de coches ocasión Barcelona Crestanevada.